Sumamos Años a la Vida, pero no Vida a los Años | FILOSOFIA DEL IKIGAI

 

 Hoy la mayor parte de la población tiene una esperanza de vida igual o superior a los 60 años. Todos los países del mundo están experimentando un incremento tanto de la cantidad como de la proporción de personas mayores en la población. Obviamente el incremento en la edad de la población es mayor en aquellos países que tienen una mejor calidad de vida. 

 Desde un punto de vista biológico, el envejecimiento es el resultado de la acumulación de una gran variedad de daños moleculares y celulares a lo largo del tiempo, lo que lleva a un descenso gradual de las capacidades físicas y mentales, a un mayor riesgo de enfermedad y, en última instancia, a la muerte. Esos cambios no son lineales ni uniformes, y su vinculación con la edad de una persona en años es más bien relativa. La diversidad que se aprecia en la vejez no es una cuestión de azar. Más allá de los cambios biológicos, el envejecimiento suele estar asociado a otras transiciones vitales, como la jubilación, el traslado a viviendas más apropiadas y el fallecimiento de amigos y parejas. 

 👉 El paso del tiempo es inevitable, pero hay que intentar vivir con calidad de vida. 

 En Japón, la isla de Okinawa es la que tiene el mayor índice de longevidad del mundo. Ellos aplican la filosofía del IKIGAI, es decir nuestra razón de ser, lo que hace que todos los días nos levantemos. 

 👉 El ikigai está en nuestro interior y se requiere de un conocimiento profundo para encontrar el sentido para vivir. 

 En Japón no hay una palabra que signifique jubilarse con el sentido de retirarse para siempre como en Occidente. Tener un propósito vital es importante para ellos por eso no tienen el concepto de jubilación como nosotros. 

 Lo que pretendemos con estas palabras es tomar conciencia, es mejorar nuestra calidad de vida, mejorar nuestros pensamientos, compartir vivencias, compartir tiempo con nuestra familia, con nuestros amigos. Realizar una serie de actividades que nos permitan liberar todas esas hormonas que nos hacen bien. Empezar cada día con convicción de que será mejor que ayer. Con la convicción que tenemos todas las posibilidades para lograrlo.  

 Honrar la vida disfrutándola plenamente y no sumar años a la vida.