Somos dos mujeres cuyos caminos se cruzaron hace mucho tiempo, más de 25 años, siendo colegas que perseguían ideales, buscando siempre el bien común. Compartimos lugares de trabajo, haciendo docencia a cada paso, haciendo de nuestra profesión un estilo de vida.  

Luego compartimos algo más que horas de trabajo y nuestro vínculo fue creciendo hasta construirse en una gran amistad que perdura a través del tiempo y nos hizo familia. 

Nos respetamos en las diferencias y nos acompañamos en momentos dolorosos. Nos divertimos y compartimos alegrías cuando la vida nos sonríe. 

Y acá estamos frente a otro desafío, siempre en aprendizaje continuo, porque de eso se trata el devenir de la vida, de mantenerse siempre con deseos de alcanzar nuevas metas.