Tener un ikigai claro y definido, una gran pasión, da satisfacción, felicidad y significado a la vida
El ikigai está escondido en nuestro interior y requiere una exploración paciente para llegar a lo más profundo de nuestro ser y encontrarlo. Según los naturales de Okinawa, la isla con mayor índice de centenarios del mundo, el ikigai es la razón por la que nos levantamos todos los días por la mañana.
Una de las cosas que sorprenden cuando se visita Japón es ver lo activa que es la gente incluso después de jubilarse. De hecho, un gran número de japoneses nunca se "retiran", siguen trabajando en lo que les gusta, siempre y cuando su salud se lo permita.
Curiosamente no hay una palabra en japonés que signifique jubilarse con el significado exacto de "retirarse para siempre", como tenemos en Occidente. Tener un propósito vital es tan importante en esta cultura que por eso no tienen nuestro concepto de jubilación.
Algunos estudios sobre la longevidad sugieren que la vida en comunidad y tener un ikigai claro son importantes.
En Okinawa hay más personas mayores de 100 años por 100.000 habitantes que en cualquier otra región del planeta.
Las investigaciones médicas que se están llevando a cabo han arrojado muchos datos interesantes.
Hay muchos centenarios con un nivel de vitalidad y un estado de salud que sería impensable en ancianos de otras latitudes
Además de vivir muchos más años que el resto de la población mundial:
- Padecen menos enfermedades crónicas (cáncer o dolencias cardiacas) y menos afecciones inflamatorias.
- Tienen menos radicales libres en sangre (responsables del envejecimiento celular) debido a la cultura del té y a la costumbre de ingerir solo hasta saciar su estómago el 80%.
- Los casos de demencia tienen también un índice notablemente más bajo que la media de la población mundial y se ha visto que la menopausia en las mujeres es mucho más suave.
- En general, hombres y mujeres mantienen un nivel elevado de hormonas sexuales hasta edades muy avanzadas.
Los investigadores resaltan que una parte importante de la salud y longevidad de los habitantes de Okinawa se debe a su actitud ikigai ante la vida, lo cual procura un sentido profundo a cada día.
Algunas observaciones sobre su estilo de vida:
- El 100% de los entrevistados tiene un huerto.
- Todos pertenecen a alguna asociación de vecinos en la que se sienten queridos como si pertenecieran a una familia.
- Celebran mucho, incluso las pequeñas cosas. La música, cantar y bailar es parte esencial de su día a día.
- Tienen una misión importante en la vida, o incluso varias. Poseen un ikigai, pero tampoco se lo toman muy en serio. Hay relajación y disfrute en lo que hacen.
- Están muy orgullosos de sus tradiciones y de la cultura local.
- Muestran pasión por todo lo que hacen por poco importante que parezca.
- El yui-maru, que se podría traducir como "espíritu de cooperación mutua" está firmemente asentado dentro de su corazón. No solo se ayudan en labores agrícolas, sino también a la hora de construir una casa o de prestarse voluntarios en obras públicas.
- Están siempre ocupados, pero con tareas diversas que les permite relajarse. No vimos a ningún abuelo sentado en un banco sin hacer nada nada. Siempre estaban moviéndose de aquí a allá, yendo al karaoke, a la siguiente partida de getball o a la reunión de vecinos.
De hecho, en todo Okinawa hay una importante tradición de formar fuertes lazos en las comunidades locales.
El moai es un grupo informal de gente con intereses comunes que se ayudan entre sí. Para muchos, el servicio a la comunidad se convierte en uno de sus ikigais.
El origen de los moais viene de los tiempos difíciles, cuando los agricultores se juntaban para intercambiar información sobre las mejores formas de cultivar, así como para ayudarse entre ellos en caso de que la cosecha no fuera bien ese año.
Los miembros tienen que pagar una cantidad mensual establecida. Este pago les permite asistir a reuniones, cenas, partidas de shogi (el ajedrez japonés) o a cualquiera que sea la afición común que tengan.
El sentimiento de pertenencia y ayuda mutua aporta seguridad y contribuye a aumentar la esperanza de vida
El dinero de todos es usado en las actividades y, si se acumula demasiado, un miembro (van rotando) recibe una cantidad de dinero también establecida
Para vivir más, seguramente es necesario vivir mejor, ser más felices. Encontrar lo que hacemos bien y nos apasiona
“El objetivo es identificar aquello en lo que eres bueno, que te da placer realizarlo y que, además, sabes que aporta algo al mundo. Cuando lo llevas a cabo, tienes más autoestima, porque sientes que tu presencia en el mundo está justificada. La felicidad sería la consecuencia”, dice Miralles.
Pero ¿todos tenemos un ikigai? Hay personas que sienten que no poseen habilidades especiales ni objetivos que cumplir. “Eso es una creencia equivocada”, dice Miralles. “Por eso es importante mirar atrás y tratar de recordar qué cosas hacías bien cuando eras niño. Todos los niños tienen un don natural: unos para el dibujo, otros para la música, el baile, el deporte… Lo que ocurre es que estos talentos, cuando llega la edad adulta, se tapan y es cuando uno se pregunta: «¿Qué hice con mi vida?»”.
Para saber cuál es nuestro ikigai, Francesc Miralles aconseja, como punto de partida, responder cuatro preguntas:
- ¿Cuál es mi elemento? “Hay personas que se sienten cómodas haciendo cosas solas, y a las que les estresa estar en grupo”, plantea el experto. “Su ikigai no podrá ser enseñar, ni dar conferencias, sino una actividad más recogida”.
- ¿Con qué actividades se me pasa el tiempo volando? Es un indicador de que se trata de una pasión por desarrollar, asegura.
- ¿Qué te resulta fácil hacer? “Hay gente que tiene facilidad para poner orden en documentos, o comprender diferentes puntos de vista…”, ejemplifica.
- ¿Qué te gustaba cuando eras niño? “Podremos saber si nuestro ikigai está en actividades artísticas, intelectuales, de ayuda a los demás, de pensamiento científico, etc.”.
El siguiente paso, una vez identificado, sería desarrollarlo. Para ello, habría que trazarse un plan y obligarnos a seguirlo. “Por ejemplo, si una persona está aprendiendo un idioma con 60 años, cada día tendrá que aprender una palabra nueva y repasar la del día anterior. Para un novelista incipiente, será escribir una página al día”, dice Miralles.
Cuando el objetivo supone un cambio radical, “tenes que replantearte tu vida a todos los niveles: económicamente, si podés seguir viviendo en el lugar donde vivis, si las personas que te acompañan son las adecuadas…”
El ikigai es una herramienta práctica que te ayuda a encontrar tu propósito en la vida.
Y.E.F (Basado en artículos de Internet)