Muchas veces nos debemos tener en cuenta, reconocer nuestros miedos, escucharnos y tomar conciencia de lo que sentimos.

Necesitamos hablarnos, tomar un café con nosotras mismas y es ahí donde se acerca, se asoma nuestra niña interior. Ella que permanece intacta, que brilla hoy como lo hizo siempre. Mi niña acompaña mi presente, me recuerda todas las veces que soñamos la realidad que hoy nos envuelve.

Te habló a ti, "Rusa", "Gallega", o simplemente "Roxi", como te decían los que te querían y te quieren. Eras frágil, traviesa, curiosa, ingenua. Con luz propia que atraía siempre la mirada de todos. Capaz de imaginar otros mundos maravillosos con solo mirar correr las nubes…

Esa niña ingenua pero inteligente y atenta que debía agradar a todos y maravillar a todos por ser única hija, primera nieta, primera sobrina. Debía ser siempre la mejor…

Hoy te abrazo bella niña, rubia de ojos pardos por estar siempre a las alturas de las circunstancias, tal cual lo haces hoy.

Sigues presente en mí, cándida niña, te acerca siempre tu sonrisa, tu espíritu aventurero y soñador para recordarme mi esencia, que es hermosa y es eterna, brillando con tu propia luz, tu propia magia.

Te abrazo fuerte mi niña, aquí y ahora para seguir soñando.

LIC. R. VERGARA