La Programación Neurolingüística (PNL) ha recogido las fases del aprendizaje de un modo muy sencillo.

Inconscientemente incompetente (No sé que no sé):

El ser humano es especialmente habilidoso para autoengañarse y cualquier argumento es válido para quien no está dispuesta a reconocer una carencia.

 Esta fase es la zona ciega de nuestro carácter o de lo que hacemos. Tenemos una venda que nos impide ver más allá. E incluso por mucho que nos digan algo los demás, llegamos a ser especialmente tercos en no querer verlo. Sin duda, esta fase es la más difícil porque es un tema de actitud.

Conscientemente incompetente (Sé que no sé): 

Para entrar en esta fase, necesitamos habernos dado cuenta de nuestros límites y tener la intención de explorar. ¿Cómo se logra ser consciente?

En el mundo de la empresa se utilizan a veces las herramientas de diagnóstico. Se hacen evaluaciones de lo que uno piensa de sí mismo y de lo que el resto piensa de él y se comparan. Ahí es donde surgen las sorpresas porque los demás piensan diferente de lo que creíamos nosotros.

Conscientemente competente (Voy aprendiendo):

Esta es la fase del entrenamiento o de la práctica. Es el momento de las clases, de los maestros, de los libros o de lo que hagamos para ir mejorando. En este punto, la habilidad más importante es la paciencia y la constancia para crear nuevos hábitos; y el principal riesgo es el posible aburrimiento.

Inconscientemente competente (Sé).

Somos capaces de conducir y pensar en cuatro cosas a la vez, sin darnos cuenta. Esta es la fase en la que hemos interiorizado el aprendizaje.

Hemos llegado a este punto después de mucha práctica y el riesgo que se corre es un posible exceso de confianza o dejar de contemplar lo que sabemos con ojos de aprendiz. Y aquí es cuando los errores nos llevan a creer que sabemos todo y nuevamente tenemos que comenzar el ciclo desde el principio.