En la vida, el Devenir es inevitable; es inherente a todo ser humano. 

La vida en general es voluntad de poder, de fuerza creadora, de fuerza afirmativa; es fuerza que produce y destruye al mismo tiempo. 

Fue Heráclito quien por primera vez habló del devenir como un proceso de cambio, de nacimiento y desarrollo. La vida es eso, un devenir de hechos y momentos, algunos felices, otros tristes. Momentos alegres, momentos emocionantes que nos asombran y nos sorprenden siempre. 

Para Heráclito, el Devenir es la sustancia del ser: todo está sujeto al tiempo y al continuo cambio. Por eso este filósofo aseguraba que ninguna persona puede bañarse dos veces en el mismo río. 

Devenir te invita a cambiar, a probar nuevas formas, a probar nuevos modos, pues nada es permanente. La palabra Devenir atesora vida, atesora fluir, por eso la elegimos como nombre de nuestro proyecto. Nos invita a mutar, a cambiar, a intentar nuevos desafíos, sin importar edad, ni tiempo.  

Muchas veces nos dejamos llevar por las circunstancias del momento, por los malos tragos que la vida nos invita y nos olvidamos que también forman parte de ella. Olvidamos que es un fluir constante; que debemos potenciar esa fuerza creadora, esa sabiduría milenaria que trae consigo la vida misma, que nos pone a prueba continuamente, en su único afán de perfeccionarnos. Y cuando nos convertimos en metal maleable, podemos amoldarnos, tomar nueva forma para continuar adelante, para seguir nuestros sueños. 

Eres tú quien decide qué hacer en cada circunstancia que se presenta, tú eliges cómo transformar ese momento, busca la belleza en la imperfección de la circunstancia que atraviesas. Pero siempre elige amarte. 

Elígete fuerte, elígete vital; potencia tu fuerza creadora porque también eres vida; elige comenzar de nuevo. ¡Sigue adelante!

 

 Lic. Roxana Elena Vergara