El cuento que transcribo es muy conocido, pero vale la pena leerlo o releerlo, para meditar sobre su significado y replantearnos ciertas cosas.

Vivimos en un mundo consumista donde estamos continuamente acelerados por conseguir las cosas materiales que creemos nos darán la felicidad. Y sin replantearnos nada cumplimos los mandatos de una sociedad: estudiar, tener un título, obtener un buen trabajo en una gran empresa, trabajar todo el día para comprar el auto y la casa o el departamento, tener hijos, viajar (si es posible a Miami), competir atrozmente y triunfar; mantenerse joven y comprar dólares y tener la mayor cantidad de dinero para que cuando seamos jubilados podamos descansar y disfrutar de la vida.

¿Es esa la verdadera felicidad, pasar la vida entera peleando para obtener cosas materiales?

El dinero soluciona muchos problemas, pero no hace a la felicidad verdadera. El tiempo pasa muy rápido y es lo más valioso que tenemos y si no dedicamos parte de ese tiempo a disfrutar de los momentos simples de la vida y si postergamos lo que queremos hacer por nosotros mismos, cuando seamos ancianos, tal vez sea demasiado tarde.

Seguramente cada uno de ustedes tendrá sus razones para identificarse con el pescador o con el empresario. Uno elige dentro de sus posibilidades qué tipo de felicidad quiere.

Quizás deberíamos valorar más lo que tenemos y no vivir angustiados por lo que no tenemos.

 “ Enjoy the little  things”

Comentario de Y. E. Funes

 

 EL EMPRESARIO Y EL PESCADOR  

Había una vez un empresario que estaba sentado junto a la playa, en un pequeño pueblo brasileño. Mientras estaba sentado ve a un pescador remando en un barco pequeño con unos pocos peces grandes que había capturado.

El empresario quedó impresionado y le preguntó al pescador:

_ ¿Cuánto tiempo le toma para capturar esa cantidad de peces?”.
_ Oh, sólo un corto tiempo- respondió el pescador

_ Entonces ¿por qué no permanecer más tiempo en el mar y capturar más?

_ Esto es suficiente para alimentar a toda mi familia”, dijo el pescador.

_ Entonces, ¿qué va a hacer el resto del día?”

_ Bueno, usualmente me despierto temprano en la mañana, salgo al mar y pesco unos cuantos peces, a continuación, vuelvo a jugar con mis hijos. Por la tarde, tomo una siesta con mi esposa, y por la noche voy con mis amigos del pueblo a tomar unas copas. Tocamos la guitarra, cantamos y bailamos toda la noche

El hombre de negocios le dijo: “Tengo un doctorado en administración de empresas y un master en MBA en la universidad de Yale. Yo podría ayudarle a convertirse en una persona más exitosa. A partir de ahora, debe pasar más tiempo en el mar y tratar de atrapar tantos peces como sea posible. Cuando haya guardado el dinero suficiente, usted podría comprar un barco más grande y la captura de peces sería mayor. Pronto será capaz de permitirse el lujo de comprar más barcos, creando su propia empresa, su propia planta de producción de alimentos en conserva y red de distribución. Para entonces, habrá podido marcharse de este pueblo.

_ ¿Y después de eso? - dijo el pescador.

_ Después de eso, puede vivir como un rey en su propia casa, y cuando sea el momento adecuado, puede presentar sus acciones en la bolsa de valores, y usted será rico.

_ ¿Y después de eso?”- vuelve a preguntar el pescador.

_ Después de esousted puede finalmente retirarse, puede mudarse a una casa en el pueblo de pescadores, se despierta temprano en la mañana, pesca unos pocos peces; a continuación, vuelve a su casa para jugar con los niños, tomarse una siesta agradable por la tarde con su esposa, y cuando llega la noche, puedes unirte con tus amigos para tomar una copa, tocar la guitarra, cantar y bailar toda la noche!”

_ ¿Y no es lo que estoy haciendo ahora? – dijo el pescador.

 

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