En la antigüedad los magos eran los sacerdotes, estudiosos de la alquimia y la utilizaban en las ceremonias para convencer al pueblo del poder místico de los dioses. En la Edad Media los magos eran considerados brujos que hacían pactos con el diablo; por lo tanto, fueron perseguidos y quemados en las plazas.
El origen de la magia se asocia al esoterismo, como el conocimiento de lo oculto, relacionado con los saberes que van más allá del mundo físico o metafísico. En este sentido la magia era un arte y una ciencia oculta, estudiada por magos y hechiceros para el manejo, control y manipulación de energías ‘invisibles’.
La magia también es ciencia. Se conoce como base científica de la magia a la alquimia, que los llamados magos utilizaban para trabajar. Desde el antiguo Egipto se conocían escuelas que enseñaban esta ciencia a sus estudiantes. Los médicos eran instruidos en alquimia y también los magos. Su mayor búsqueda era la de transmutar los diversos metales en oro. También se buscaba dar con la creación de la conocida "Piedra Filosofal", la piedra roja que permitía no sólo convertir todo metal en oro, sino también destilar el elixir de la eterna juventud.
Uno de los más grandes alquimistas fue Nicolás Flamel, a quien se le atribuye la fabricación de dicha piedra, y esa leyenda se ha mantenido hasta la actualidad.
Loa elementos de la alquimia son:
- Aire: se creía que podía abrir y expandir la mente y los sentidos para conseguir la iluminación.
- Agua: los alquimistas tenían su propia agua para trabajar, que era una especie de agua mucho más pura que la conocida. Creían que favorecía la empatía, la sensibilidad y la ternura; haciendo que se tengan relaciones emocionales armoniosas.
- Fuego: era la fuerza de la reacción y el que permitía que todo ocurriera. Estaba ligado a la percepción propia, el entusiasmo y el trabajo duro.
- Tierra: representaba la voluntad, la estabilidad y la confianza.
- Éter: era el espíritu que representaba la fuerza de vida presente en el universo, considerado la esencia de la vida.
Nosotros somos capaces de provocar con nuestras emociones, todas las reacciones químicas que se producen en nuestro organismo. De allí que existe la Alquimia del amor y la Alquimia del Alma.
Somos creadores, alquimistas y ahí, está la Magia, nuestra capacidad de atraer lo que pensamos.
Y. Funes (septiembre 2021)