El mundo globalizado cambia constantemente, por lo que las empresas deben estar en continuo movimiento, buscando lo nuevo para poder innovar y transformarse en su mejor versión.
Para esto se debe gestionar de tal manera que se facilite a todo el personal este transitar por la curva del cambio y adaptarse lo más rápido posible a las nuevas situaciones y con el menor impacto negativo.
Cada organización debe analizar su situación e identificar los riesgos y las oportunidades, para que los objetivos que se propongan lograr sean reales y efectivos.
La Pandemia llevó a muchas empresas a replantearse sus métodos de producción y de venta, acelerando el cambio y poniendo de manifiesto la necesidad de actualizarse y de implementar nuevas tecnologías, pero también debieron enfrentar la resistencia a dichos cambios.
La crisis obliga a subirse a la ola de cambio, ya que el mundo avanza, los mercados se modifican, los consumidores son más exigentes y las formas de publicidad y venta son diferentes. Todo esto transforma la cultura organizacional de las empresas.
Los cambios son un proceso que se llevan a cabo con claridad, firmeza y acompañamiento de los que dirigen las empresas y de los líderes de cada sector, con un propósito fácil de entenderse y con el esfuerzo de todos. Esto beneficiará a los clientes que recibirán un mejor servicio y más adecuado a la nueva época que nos toca vivir.
La Pandemia también nos obligó a toda la población a aprender nuevos códigos de comunicación, a actualizarnos en el uso de la tecnología, a acostumbrarnos al teletrabajo, a las clases online y a las compras por internet.
Estamos frente a un cambio de época y quien no sea lo suficientemente flexible para subirse a la ola de cambio, quedará sepultado por ella.
Y.E. FUNES (28/10/ 2021)