Doctora en Medicina y Psiquiatra.  Fue retenida en el campo de concentración de Meidaneck (Polonia) durante la Segunda Guerra Mundial. Después de ser liberada se quedó para trabajar como voluntaria. Trabajó con enfermos terminales de cáncer y escribió sobre ello en sus libros.

Ella estudió el comportamiento de las personas ante la muerte y estableció las etapas por las que pasa un enfermo terminal cuando es notificado sobre su dolencia. Dichas etapas son la base para cualquier proceso de cambio no deseado y se han tenido en cuenta desde los cambios interiores personales hasta para tratar los cambios empresariales y corporativos y en recursos humanos.

Estas etapas están presentes cada vez que sucede un gran proceso de transformación y cambio.

Las etapas son:

Negación: Es la etapa de interrogaciones y de incredulidad, no creemos lo que nos está pasando: ¿Me está sucediendo esto verdaderamente?, ¿Cómo me puede suceder esto?, ¿Por qué a mí? ¿Cómo me ha podido pasar? Nos negamos a aceptar lo que ocurre porque es muy fuerte o doloroso lo que nos sucede y nuestra mente se revela contra eso y no creemos en ello. Vemos la realidad que queremos ver. 

Ira: es la etapa emocional del enojo, contra todo y contra todos, incluso contra nuestra fe y nuestras creencias. La ira es la reacción natural ante el cambio.  Es un sentimiento básico y necesario que se debe transitar. El llanto, las quejas, los insultos son normales en esta etapa, El duelo es necesario por la pérdida o por el dolor que provoca la situación que está ocurriendo o por la crisis que se está atravesando.  Lo importante es que no derive en violencia. Hay que pedir ayuda a un profesional, si es necesario.

Negociación: Es la etapa donde los sentimientos que aparecen es volver atrás, retroceder al pasado una y otra vez y se manifiesta en culpa dolosa y excusas, ¿Por qué no me cuidé?, ¿Por qué no lo hice mejor? ¿Quizás se hubiese evitado de tal o cual manera? Las excusas más frecuentes son: “Yo soy así y hago las cosas como siempre las he hecho. No es el mejor momento, justo ahora. Pensamos que hay que posponer el cambio para más adelante”. 

Depresión: esta etapa es tiempo presente, es una sensación de vacío, desasosiego y de tristeza cuando el cambio es inminente y no puede hacerse nada para evitarlo. El sentimiento depresivo y el sentirse mal se trasladan a todo lugar y con todas las personas de su alrededor. El diálogo se hace monotemático y reiterativo con una crítica y lamentación constante.

Resolución: no hay alternativas, o aceptamos el cambio o lo rechazamos. Si lo aceptamos superaremos más rápido la crisis y tendremos menos consecuencias y menos efectos secundarios. Si lo rechazamos, vamos a transitar el cambio lo mismo, con más sufrimiento.

Cada persona atraviesa las etapas de la curva del cambio de diferentes maneras y en distintos tiempos.