Si tienes un sueño en tu corazón y de verdad crees en él,

corres el riesgo de que se convierta en realidad

Camina hacia el futuro  abriendo nuevas puertas y probando cosas nuevas,

sé curioso, porque nuestra curiosidad siempre nos lleva por nuevos caminos.

                                                                                        Walt Disney

 

Muchas veces nos debemos tener en cuenta, reconocer nuestros miedos, escucharnos y tomar conciencia de lo que sentimos.

Necesitamos hablarnos, tomar un café con nosotras mismas y es ahí donde se acerca, se asoma nuestra niña interior. Ella que permanece intacta, que brilla hoy como lo hizo siempre. Mi niña acompaña mi presente, me recuerda todas las veces que soñamos la realidad que hoy nos envuelve.

 No dejes que termine el día sin haber crecido un poco,

sin haber sido feliz, sin haber alimentado tus sueños.

No te dejes vencer por el desaliento.

A ti, a esa niña que fui y que hay en mí. A esa niña de ojos grandes y hoyuelos en las mejillas. A esa Yoly que convirtió a la familia en padres, tíos y abuelos por ser la primera y que los divertía cantando “Adelita” y “Juan Guerrero” parada en el mostrador del almacén.

Mi querida niña, dejaste huellas imborrables en mí ser y me alegra mucho que podamos convivir sin reproches, valorándonos, respetándonos y queriéndonos.

Tener un ikigai claro y definido, una gran pasión, da satisfacción, felicidad y significado a la vida

El ikigai está escondido en nuestro interior y requiere una exploración paciente para llegar a lo más profundo de nuestro ser y encontrarlo. Según los naturales de Okinawa, la isla con mayor índice de centenarios del mundo, el ikigai es la razón por la que nos levantamos todos los días por la mañana.